Diseño de nuevos productos

Hablar del desarrollo de nuevos productos implica hablar de diseño. Independientemente del enfoque que se utilice, los pasos que se siguen para ello suelen ser casi siempre los mismos, y aunque muchas empresas todavía hoy en día no lo saben, inconscientemente están aplicando conceptos de diseño en sus productos.

El desarrollo de nuevos productos o servicios implica una planificación estratégica, la definición de características, la puesta en marcha de los mecanismos empresariales necesarios para su desarrollo, y, finalmente, cuando el producto o servicio es una realidad, es necesario un estudio para un adecuado lanzamiento y posterior comercialización o puesta en el mercado.

Cada una de estas fases forma parte del desarrollo de cualquier proyecto de concepción de un nuevo producto o servicio o del rediseño de uno ya existente y, como tales, son parte del diseño como disciplina. El diseño es la herramienta que las empresas tienen a su alcance para reducir al máximo el riesgo de fracaso. 

Diseño de nuevos productos/servicios

En el proceso de diseño intervienen un gran número de factores, tanto culturales, como técnicos, económicos, constructivos, etc. Por tanto, para llevar a cabo el diseño de un nuevo producto o servicio tenemos que recurrir a un equipo multidisciplinar que englobe a personal y técnicos de distintos departamentos o áreas de nuestra organización.

Existen tres grandes campos de acción empresarial en los que se inscriben las actividades de diseño:

  1. Diseño industrial: Su función es determinar todas las características del producto o servicio, uniendo la experiencia, los conocimientos técnicos de productos y de los procesos de fabricación a las previsiones de marketing.
  2. Diseño de comunicación del producto/servicio: Su función es crear las mejores condiciones para la identificación y reconocimiento: marca, catálogos, anuncios, stands, envase, embalaje, etiquetas y otros elementos auxiliares, sacando al producto del anonimato y reclamando la atención de los compradores y consumidores.
  3. Diseño de imagen corporativa: Destinado a potenciar los rasgos de identidad de la empresa y a transformarlos en valores de mercado. 

Sustentabilidad: ¿De qué trata?

Etimológicamente, la palabra sustentabilidad proviene de sustentabilidad. Y, sostenible es, por ejemplo, una composición sostenible, un adjetivo para algo que se puede sostener, es decir, «soportable» y capaz de continuar en un cierto nivel.

Al final, la sostenibilidad se observa cómo el proceso mediante los cuales algo se mantiene en un cierto nivel o ritmo.

Sin embargo, hoy en día, debido a los problemas ambientales y sociales que enfrentan las sociedades mundiales, la sostenibilidad se ha utilizado cada vez más de una manera específica.

Se define como las acciones a través de las cuales la humanidad evita el agotamiento de los recursos naturales, para mantener un equilibrio ecológico que no permita que la calidad de vida de las sociedades modernas se vea comprometida.

De esta manera, el término «sustentabilidad» se ha aplicado ampliamente para caracterizar:

  • Mejoras en áreas como la sobreexplotación de los recursos naturales.
  • Operaciones de manufactura —uso de energía y subproductos contaminantes.
  • Consumo lineal de productos.
  • Dirección de las inversiones.
  • Estilo de vida del ciudadano.
  • Compras y comportamientos del consumidor.
  • Desarrollos tecnológicos.
  • Cambios empresariales e institucionales en general.

Mientras una acción cause poco, menos o ningún daño al mundo natural, los ecosistemas seguirán operando y generando las condiciones que permitan que la calidad de vida no disminuya.

Una persona natural o jurídica que cumpla con esta premisa, a menudo se considera que es sostenible.


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